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Los EBDH no tienen una metodología definida. De hecho, más que un conjunto de metodologías, se trata de un cambio de paradigma, de una nueva forma de entender el desarrollo, desde una perspectiva política y filosófica diferente.
Por tanto, no es posible describir una serie de pasos a seguir para aplicar un EBDH. Así, en esta sección se plantearán en más detalle los principios esenciales de los EBDH y se verán varias formas de aplicarlos por parte de distintos actores que han intentado operativizar dichos principios, reinterpretándolos desde su contexto y perspectiva particular.
Aunque no hay una sola visión sobre los principios que definen los EBDH, sí existen algunos principios esenciales que prácticamente todos los actores incluyen en su concepción del EBDH:
Los derechos humanos como marco normativo
Este marco concibe la libertad, la paz, la solidaridad y el respeto como valores rectores de las relaciones humanas que llevan a la dignidad. Propone además la universalidad, igualdad, no discriminación, interdependencia, indivisibilidad e inalienabilidad como principios de los derechos humanos. Aunque las estrategias y el vocabulario legales no sean siempre un imperativo, las actuaciones con EBDH se basan y legitiman en los derechos humanos reconocidos en la legislación internacional. A partir de este marco se pueden identificar los derechos de los individuos y las obligaciones de los estados, de manera que la cooperación pueda promover la transformación de las relaciones entre el estado y la sociedad.
Empoderamiento
Las personas están en el centro de los procesos de desarrollo. Ya no son vistos como beneficiarios o pasivos receptores de ayuda, sino como ciudadanos y ciudadanas activos y titulares de derechos. El poder, las capacidades y los recursos son aspectos clave cuya distribución equitativa permite superar muchas de las vulneraciones de derechos. Por tanto, el empoderamiento de ciudadanos y comunidades para que reclamen sus derechos, conozcan sus responsabilidades y participen en los procesos de toma de decisión, es un elemento central de los EBDH. El papel de la cooperación está por tanto en facilitar los procesos de empoderamiento, así como en identificar los grupos más vulnerables y discriminados para priorizarlos en sus actuaciones.
Rendición de cuentas
Usar EBDH implica trabajar también con los titulares de obligaciones y responsabilidades. Los estados (titulares de obligaciones) deben ser conscientes de su deber de respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de todos sus ciudadanos. También los titulares de responsabilidades deben tener en cuenta el rol que desempeñan respecto a esos derechos. Esto incluye proveedores de servicios y otros agentes del sector privado, medios de comunicación, instituciones y, especialmente, actores del sistema de cooperación. En cualquier caso, es el Estado quien debe garantizar mediante las regulaciones pertinentes que las acciones de los titulares de responsabilidades sean cuanto menos compatibles con los derechos humanos (por ejemplo regulaciones ambientales o fiscalización a proveedores de servicios básicos). La cooperación debe promover la sensibilización de titulares de obligaciones y responsabilidades, a la vez que fortalecer sus capacidades para afrontar las mismas. También debe promover la transparencia y la creación de mecanismos de rendición de cuentas, que refuercen la exigibilidad de los derechos.
Participación
La participación es un derecho en sí misma y debe estar siempre presente en las actuaciones con EBDH. Pero la participación debe ser entendida tanto en su vertiente relacionada con los proyectos de cooperación como en su vertiente de proceso democrático e inclusivo de movilización e incidencia. Debe ser activa, libre y con conciencia, incluyendo las comunidades, la sociedad civil, las minorías, las mujeres, la infancia…
Varios niveles
Los EBDH afectan a todos los niveles en los que se dan responsabilidades respecto a los derechos humanos. Los derechos humanos son parte del derecho internacional, pero se aplican a todos los niveles de la sociedad, hasta el más personal e íntimo. Por tanto, en las actuaciones con EBDH se deben tener en cuenta todos los espacios, desde lo local hasta lo global. Esto conlleva que establecer alianzas y redes en varios niveles sea un mecanismo ineludible para poder incidir adecuadamente. Por otro lado, también hay que tener en cuenta, dentro del nivel de los actores de la cooperación, a la propia organización. Aplicar los EBDH pasa por revisar las visiones, prácticas y relaciones de poder de la propia organización, analizando críticamente la coherencia de éstas con el marco de los EBDH. Los derechos humanos deben permear la organización, desde la planificación estratégica, al marketing, las prioridades, las relaciones con socios y donantes o las condiciones de trabajo del personal.
A la hora de llevar estos principios a la práctica, diferentes actores han desarrollado sus estrategias particulares:
Por ejemplo, algunas agencias de cooperación nacionales han centrado sus esfuerzos en:
- Conversaciones diplomáticas con los gobiernos socios sobre cómo mejorar el cumplimiento de sus obligaciones respecto a los derechos.
- Desarrollo de capacidades de los gobiernos y de la sociedad civil para proteger y promover los derechos humanos
- Aumento del porcentaje de fondos dedicados a la protección y promoción de derechos humanos
- Apoyo a las NNUU para desarrollar el EBDH
- Trabajo con ONG de derechos humanos
- Estudios de impacto (negativo) de la cooperación al desarrollo, desde la perspectiva de los derechos humanos
- Suspensión de la ayuda a estados en caso de graves violaciones de los derechos humanos.
- Compromiso de coherencia con otros ministerios y agencias
- En un ámbito más práctico, resultan interesantes las iniciativas emprendidas por DFID en Perú entre 2000 y 2005:
- Dirigirse a las personas pobres como ciudadanos, con derechos y responsabilidades, como un mecanismo clave para combatir la desigualdad y la exclusión.
- Trabajar sistemáticamente, tanto con el Estado como con la sociedad en su conjunto, para lograr un desarrollo más inclusivo.
- Invertir en alianzas con las personas e instituciones comprometidas con reformas en favor de los pobres.
- Actuar de manera abierta, transparente y fiscalizable, al abordar esta agenda más política.
- CARE destaca tres líneas de acción:
- Análisis de políticas
- Incidencia
- Desarrollo de capacidades tanto de titulares de derechos como titulares de obligaciones
Como se ha dicho anteriormente, hay muchas formas de entender, interpretar y aplicar los EBDH, dependiendo de la organización y el contexto. Así, la única metodología para aplicar los EBDH es aprehender los principios del enfoque y abrir un proceso sincero de revisión de las propias prácticas y relaciones para hacerlos más coherentes con el mismo. Para poder realizar esta revisión, es esencial la reflexividad, la capacidad de auto-cuestionamiento y la conciencia continua de las relaciones de poder subyacentes.