Índice
- Introducción
- En qué consiste
- Antecedentes y contexto
- Metodología
- Herramientas
- Casos prácticos
- Para saber más
- Bibliografía
El inicio del pensamiento moderno en relación al poder podemos ubicarlo en la obra de Maquiavelo y Hobbes. Si bien muchos autores (desde Marx y Adler hasta Nietzsche) se interesaron posteriormente en el poder, el concepto empieza a convertirse en el centro el pensamiento de numerosos autores después de la II Guerra Mundial.
Dentro de estos autores podemos citar a Dahl, Bachrach y Barantz, Lukes, Foucault, Giddens, Bordieu, De Certeau, Scott, Mann, Clegg, Laclau y Mouffe, Hardt y Negri, Latour, Gaventa… La discusión teórica sobre la naturaleza y funcionamiento del poder ha girado en torno a cuestiones tales como si el poder se puede adquirir o si se puede sólo ejercer; si el poder pertenece a los individuos, a los colectivos o no se puede atribuir a nadie, ya que es una característica de los sistemas sociales; si el poder se acompaña siempre de conflicto o no; si el poder genera resistencia o sólo obediencia; si el poder es siempre visible o si actúa de otras formas menos visibles; si el poder se conecta directamente con la opresión y la dominación o si puede ser productivo y utilizarse para la liberación; si el poder es un “juego de suma cero” (siempre alguien gana y alguien pierde) o en el que todos pueden ganar… (Sadan, 2004).
En el campo del desarrollo, la aproximación que con más fuerza ha incorporado elementos de las teorias del poder a sido la “teoría del postdesarrollo” (Gaventa, 2003). Lo ha hecho basándose esencialmente en el trabajo de Foucault, para hacer un análisis muy crítico del desarrollo, que es entendido como una forma de dominación vehiculada a través del discurso, que impone el control cognitivo en los “países en desarrollo”, reproduce jerarquías, naturaliza la pobreza y justifica las intervenciones externas (Escobar, 1995).
En todo caso, se han venido dando también otras aproximaciones en el campo del desarrollo que han tomado elementos de las teorías de poder más allá del análisis del discurso, tratado de ir más allá de la crítica, repensar la práctica del desarrollo y orientar una acción para la transformación que tenga en cuenta el poder. Este es el caso de este texto. Sin embargo, sigue resultando complicado concretar los elementos teóricos de las distintas teorías del poder sin acabar en aproximaciones superficiales, así como desarrollar metodologías e instrumentos para la acción, quedando aún un largo camino por recorrer (Gaventa, 2003).